Te sientes bajo de ánimo y con poca vitalidad, pero no estás tan negativo únicamente por las circunstancias de la vida, en muchos casos estos síntomas se deben a un desequilibrio de neurotransmisores que hay en tu cerebro por la mala alimentación.
La salud del cerebro depende de tu dieta
El cerebro representa sólo el 2% de nuestro peso: sin embargo, necesita alrededor del 20% de la energía que ingerimos. Si nosotros “somos lo que comemos”, entonces nuestro cerebro también dependerá de lo que comamos.
La principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa que proviene de comer alimentos ricos en carbohidratos, como cereales, legumbres, frutas y vegetales, así como productos lácteos. Pero, además, necesita otros nutrientes esenciales: vitaminas, minerales, ácidos grasos, proteínas…
Si comes mal te sientes igual
Un exceso o carencia de nutrientes necesarios puede afectar al sistema nervioso. Una alimentación desequilibrada puede producir carencias específicas de algunos de los nutrientes, que se manifiestan mediante síntomas o sensaciones como apatía, desgana, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallos de memoria, de concentración e incluso depresión.
Tranquilo no todo esta perdido
Con una alimentación equilibrada, encaminada a activar la serotonina y la dopamina puedes mejorar mucho tu estado de ánimo.
Nada de comida chatarra, pues al ingerir con frecuencia grasas saturadas, azúcares, cafeína o estimulantes conduce a la inestabilidad mental. Nos pone felices al instante, pero luego nos sentimos sin energía.